viernes, 12 de agosto de 2011

Agua indomable del ser.


Soy indomable agua de manantial, efímera gota de lluvia, bravo río de corazón.

Me deslizo como sombra por el suelo atravesando tierra y piedra, surcando el cielo en finita caída, marcando el camino de mis aguas a través del mundo y guiando mi destino a océanos y mares para golpear de nuevo las costas con mi pecho.

De salvaje naturaleza me resbalo entre las manos de tu piel, hidratando tu sed y evaporando tu fervor.
Puedo permanecer en el calor de tu piel mientras caigo a los vacíos de tu cuerpo, recorriendo la curvatura de tus líneas y fundiéndome en el recuerdo de tu olor.

Soy cielo, tierra y mar en un mismo viento abatido por sus tormentas, haciendo del mundo el lugar de mi recreo.

Soy agua salvaje, natural e indomable, en el mar de los ríos y en las calmas de los océanos, en el susurro del riachuelo y en los silencios de los pantanos.

Soy agua arrastrada por la naturaleza de mi gravedad hacia el destino de mi  camino.

Puedes verme recorrer el cuerpo de la tierra en constante movimiento o encauzarme hacia ti, puedes dejarme llover sobre el asfalto mojado o abrazarme bajo la lluvia, puedes ver las olas de mi constancia erosionando la roca o zambullirte en el azul mediterráneo.

Puedes dejarme en libertad o poner muros, bailar bajo la lluvia o dejar secar tu piel, lanzar piedras sobre los horizontes del pantano o cruzarlo nadando.

Sea en río de lluvia o en mar de gotas, estancado en ciénaga o encauzado en piedra, arañando la tierra o golpeado el suelo, siendo lágrima o siendo sed.

Sigo siendo agua indomable del ser.