ANSIEDAD
Cuando tiemblan los poros de la piel y el sudor y las
arcadas desnudan los espasmos corredizos, la piel salta a latigazos queriéndose
desgarrar reversiblemente.
Y suenen los quebradizos huesos al son de los tambores
funestos de dichosas sombras, que al endurecer el músculo comienza la lucha de
titanes por prevalecer en dentro de mi.
Fuertes sacudidas etéreas bailan al son de mis ojos,
destrozando las puertas de la percepción y danzando en el equilibrio de la
cordura.
Lejos los brazos tranquilizadores de una madre que por
nombre lleva impotencia, y por potencia, mantiene la fuerza de sus manos para
no temblar las lágrimas.
Sea mi espalda pilar de los cimientos de mis ecos, de mis
voces perdidas, de mis fuerzas olvidadas, y a caballo galopa los golpes de las
noches dejando tras de si las marcas de las horas.
Gritos esbozados en papel y sangre escrita a puño de golpe
contra inerte repetición, y por lema la resistencia del dolor que tatúa sus
estigmas en mis nudillos, para saborear el color rojo de mis versos golpeados.
Aguanta… quise llamar al mas dulce de los besos que se
deslizaron por mis labios, aguanta… mientras la gravedad y el vacío desdibujan
los horizontes perfilados por los tiempos, y dudan de la legitimidad de su
horizontalidad mientras mis piernas tiemblan al palpito de la indecisión.
Y quiso ser la decisión la que ocupar mi lugar, que por
estandarte proclamo mi esperanza y por fuerza presento legiones de
persistencia.
Quédense mis palabras como versos de mis golpes, que en el
estelar mapa de mis marcas, nace el rumbo de mis designios.
Nací a destiempo por querer conocer el sentido del silencio.
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