RESPIRAR
Duermo placidamente a los pies de la cumbre, formando parte
de su cadena estructural.
El sonido del silencio se convierte en la mas bella sinfonía
para mi alma.
Una orquesta sin pautas ni batutas que se deja llevar por el
orden del desorden.
El viento es mas amable aquí, y da tregua a mi contaminada
respiración, que expira todo lo cotidiano y restaura el principio de mis
emociones.
El inconsciente de la ciudad narra sus voces en mi cabeza, y
mis músculos tensan las cuerdas de mi espina dorsal.
Desnúdame de todo lo que necesito para hallar todo lo que me
sobra, y dame el calor del viento en mi pecho.
Vagabundo de piedras calizas, me deslizo por el borde del
hemisferio negativo del mapa racional.
Y a caballo de los segundos, cabalgo a destiempo el tiempo
regalado.
Para regalar mis mundanas bellezas de hojalata por un segundo
de verdad.
Enséñame las fronteras de tu patria vivencial, que yo
descoseré las mías y volveré a respirar.
Para recordar el valor intrínseco de un segundo, tan solo un
pedazo segundo repleto de realidad.